Archive for ‘Tolerancia / Tolerance’

January 15, 2010

Zuela

Laureano Márquez
TalCual / ND

Enero 15, 2010

Z u e l a , como la Utopía de Tomás Moro, es un país inexistente, es un país imaginario, es lo que queda de un gran país, o quizá sea mejor decir, de lo que pudo ser un gran país y no lo es pero todavía puede serlo. Zuela es como esos muchachos que se ven prometedores, con un futuro por delante: hijos de padres acomodados, con recursos para darle educación, para hacer de él un buen hombre, pero el muchacho, inexplicablemente, sale malandro.

Este país imaginario, es la antítesis de la Utopía, que no existe por lo avanzado de su ideario. Zuela no existe porque es impensable tanta incapacidad en medio de la más extrema abundancia. En Zuela el dinero es el motor de todo, el dinero compra consciencias y más que una nación es un centro de negocios impredecible: En Zuela, cuando se devalúa la moneda, por ejemplo, la gente en vez de protestar por la inflación que se les viene encima, se dedica a comprar aparatos electrodomésticos para tratar de sacar provecho a la debacle. Tómese en cuenta para subrayar esta contradicción que Zuela es un país sin electricidad. La prosperidad de Zuela no se mide por el progreso colectivo, por la belleza de sus espacios públicos, sino por el progreso individual. Los pobladores de Zuela se ufanan de la manera como se estafan los dineros colectivos y se considera un imbécil a aquel que, teniendo la oportunidad de robar, no lo hace.

Los habitantes de Zuela tienen un término para nombrar a este tipo de gente: “Es un pendejo”, dicen. Así pues, el robo y la estafa son la principal fuente de riqueza de este país imaginario.

Casi todo el mundo lo hace: “cada quien según sus necesidades, cada cual según sus capacidades”. En Zuela la ley existe y teóricamente es buena, pero los jueces de Zuela son zueleños y como tales ponen su bienestar individual por encima del colectivo, máxime cuando cada vez que un juez exhibe alguna muestra de dignidad es castigado severamente. Los lugareños parecen aceptar su destino con resignación, aunque a veces protestan y reciben una fuerte represión para que aprendan que de nada les servirá protestar.

En Zuela se vive a riesgo propio. Los delincuentes y los policías se unen para cometer delitos. La vida vale poco y las calles son inseguras.

Naturalmente que en Zuela hay gente –y mucha– que no comparte este modo de vida y los hay en todos los sectores y corrientes. Por ejemplo, aunque Zuela no tiene electricidad segura, tiene a la gente más brillante para resolver el problema, pero en general no se les presta atención. Zuela tiene universidades de primera y está llena de gente inteligente que se convierte en “profetas del desastre” al anunciar las catástrofes que se avecinan pero raramente se les presta atención.

Zuela tiene legisladores sabios, técnicos muy capaces y profesionales formados en las mejores universidades del mundo y, a pesar de su sino, una infraestructura envidiable producto de los momentos en que los zueleños se han puesto de acuerdo para progresar juntos.

Pero con breves excepciones, los civiles no suelen ser los protagonistas de la historia de Zuela, sino la mentalidad militar, que en demasiadas ocasiones es de aprovechamiento más que de servicio a la “patria”. La gente común suele ser bondadosa y vive alimentada con la esperanza de que el futuro sea mejor. Pero en Zuela, como en el mito de Sísifo, cada vez que parece haber una oportunidad de remontar la cuesta, la piedra se les viene encima y hay que empezar la tarea de nuevo. Ese es, en medio de todo, un aspecto positivo: Los habitantes de Zuela están acostumbrados a comenzar nuevamente desde abajo cada vez que un proyecto de destrucción, disfrazado de esperanza, les roba el destino. Los zueleños suelen decir frente a cada crisis “ahora sí que hemos tocado fondo”, pero sus conductores siempre tienen la habilidad de sorprenderles con fondos nuevos e imprevistos. El término de esta historia y si Zuela será al final tierra de promisión o de ruina no está escrito, porque uno de los rasgos distintivos de Zuela es que es impredecible, cualquier cosa se puede esperar, incluso algo bueno.

November 25, 2009

Arrastrada hacia la carraplana

¡Al fin, PDVSA publicó los resultados del primer semestre de 2009! Y, tal como era de esperar, los resultados son desalentadores.

Para comenzar, el reporte evidencia que la participación del Estado en los resultados – es decir, las ganancias antes del pago de regalías e impuestos, de las inversiones sociales, los aportes a Fonden y los dividendos – fue de unos escasos $10,4 millardos, 70,3% menos que la participación registrada en igual período de 2008. Es más, la inversión social sumada a los aportes al Fonden fueron apenas $386 millones, versus los $7,67 millardos del año anterior, lo cual explica en cierta medida el deterioro que se observa en la gestión social del Gobierno.

El informe también refleja el incremento desorbitante de la nómina, que pasó de 89.487 personas (incluyendo contratistas) en diciembre de 2008, a 99.044 personas en junio de 2009, un aumento de 9.557 personas (10,7%) en apenas seis meses. Cabe recordar que en 1998, cuando PDVSA era una empresa eficiente, profesional y productiva, laboraban unas 47.000 personas y la producción fue casi 50% mayor que la del primer semestre de 2009.

Otro dato que resalta del informe de PDVSA, es que el pasivo total aumentó $5,3 millardos (8,9%) con respecto a diciembre de 2008, lo que incluye un auxilio de Fogade de Bs.F.2,15 millardos, más otro por un monto no especificado del Bandes, esto sin incluir las dos emisiones de petrobonos por $6,2 millardos que se registrarán para el segundo semestre de 2009.

También llama la atención el que las cuentas por cobrar comerciales aumentaron 34,0%, a pesar de que el reporte corresponde a una época de precios bajos ($46,57/bbl. vs. $95,46/bbl.) por lo cual las cuentas por cobrar deberían ser menores (y no mayores). Esto confirmaría que reducir las exportaciones a los EE.UU. para beneficiar a nuevos clientes emergentes fue un garrafal error de la estatal petrolera.

Pero, tal vez lo que más llama la atención de las cifras, no auditadas, es que el Gobierno insiste en seguir mintiendo con respecto a los volúmenes de producción y exportación. Según PDVSA, la producción de petróleo crudo fue de 3.058.000 b/d en el primer semestre de 2009, lo que contrasta dramáticamente con los 2,2-2,3 millones de b/d que estiman la OPEP y de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Si se toman como ciertas las cifras de la OPEP y la AIE y se le restan los 593.000 b/d de consumo interno que reporta el informe de la estatal, se puede inferir que sólo habrían quedado para la exportación unos 1,85 millones de b/d, y no los 2,75 millones de b/d que asegura exportar PDVSA. Es decir, una diferencia de casi 900 mil b/d (=$7,6 millardos) que podría estar oculta dentro de otros renglones del Estado de Ganancias y Pérdidas, posiblemente dentro de los $8,4 millardos de “compras de petróleo y sus productos”.

Como dato final, basado en la cifras de producción, exportación y consumo nacional reportadas por PDVSA, se observa que las importaciones de gasolina y otros productos durante el primer semestre de este año fueron de 121 mil b/d. Esto, de cierto modo, confirmaría que las refinerías del país están en el suelo, como muchos analistas han venido denunciando.

En definitiva, a PDVSA la han arrastrado casi hasta carraplana. ¡Qué triste realidad!

November 18, 2009

Desencanto Rojo

Teodoro Petkoff

Más les habría valido dar las cifras de la votación. El efecto habría sido menos devastador que la desolada declaración de las señoras Davies y Faría informando que se trata de un secreto de Estado, que sólo Su Excelencia, Bolívar Reencarnado, puede develar. Fue la confesión de un fracaso estruendoso. De hecho, si ahora salen con algunos numeritos, nadie se los va a creer. El autogol ya está en el score. Sobre siete millones de supuestos inscritos, fueron llamados a votar un poco más de dos (primer reconocimiento de la coba) y de estos, según fuentes oficiosas, confirmadas por el secretismo de Vanessa y Jackie, no habrían votado más de 800 mil.

Sencillamente catastrófico. La “revolución” ya tiene la cara de lo que realmente es: un pésimo gobierno, incompetente y corrupto, que ya no entusiasma ni a los que portan el carnet de un partido que nació viejo. Desencanto es el nombre del juego.

Es la traducción en el seno del PSUV de lo que está pasando en la sociedad misma. Tal parece que las encuestas de este año están registrando con precisión lo que ocurre en la opinión pública en general, y, en particular, lo que acontece en medios populares.

Estos, que depositaron su confianza en Chacumbele, ahora, agobiados por la horrenda matazón en los barrios, por los apagones, por la comida cada vez más cara, por el caos de hospitales, ambulatorios y Barrio Adentro, comienzan a descubrir la magnitud de la estafa de que han sido víctimas durante ya casi once años. El discurso del Hiperlíder, repetitivo y cansón en forma y fondo, suena como un barril vacío, rodando por calles llenas de huecos: puro ruido, muy poca sustancia.

La causal de divorcio está en pleno proceso de configuración. La separación, como suele serlo en las parejas, avanza contradictoriamente; con momentos de pleito, seguidos de efímeras “reconciliaciones”, pero rumbo hacia la crisis definitiva, que usualmente suele estar asociada a la aparición del otro o la otra.

He aquí el rol que se espera de la oposición; la capacidad de presentarse como la alternativa atractiva frente al caudillo, visto cada vez más “fané y descangallado”, como dice el viejo tango.

Lo primero que deberían debatir en ese Congreso Extraordinario del PSUV es la concepción misma del partido.

Hoy éste no es sino una copia del modelo de partido leninista, de funcionamiento vertical, pero sólo de arriba hacia abajo; con el poder interno concentrado en el cogollo ­en este caso unipersonal, en aberrante admisión del peso del caudillo, cuyo “democrático” dedo tiene reservado (por él mismo) el derecho a designar el 20% de los delegados, que serán, obviamente, los que impondrán sobre el colectivo, también “democráticamente”, lo que el caudillo ha masticado previamente­. Ese modelo de partido, antidemocrático en esencia, constituye un anacronismo, una supervivencia residual de las supuestas revoluciones del siglo XX. En el caso del PSUV ni siquiera existe un cogollo donde se debaten políticas y líneas de acción. Chávez decide por sí y ante sí, en grotesca caricatura del llamado “centralismo democrático” de los ya casi desaparecidos partidos comunistas. Todo está en sus manos, hasta el arcano del número de votantes.

November 17, 2009

Que dijo Transparencia Internacional sobre Venezuela

Muy interesante, Transparencia Internacional hizo publico su reporte anual y a que no saben que paso. Raspo al Chavismo otra vez.

Venezuela ocupo la posición 162. Pero para tener una idea de que es 162, uno tiene que saber como se calculo, cual fue nuestro score, etc. Después de todo, podríamos 162 entre 10.000, eso no hubiera sido muy malo … O podríamos ser 162 cuando todos los países digamos unos 180 tienen buenos scores, digamos sobre 5 en una escala del 0 al 10. Eso tampoco hubiera sido tan malo.

Pero la realidad mundial, particularmente Africa-Musulman-Latina es mucho mas cruel, mucho mas REAL.

Resulta que somos 162 entre 180 países. Resulta que nuestro score fue 1.9 en la escala del 0 al 10. Resulta que estamos tan mal, pero tan mal, que somos penúltimos en el continente Americano, dejando a solo un país con el dudoso honor de ser el mas corrupto del continente Haití.

Las cosas para el ALBA no se leen bien en este reporte … Bolivia es la mejorcita en la posición 120. Luego los demás, y por supuesto como mencione antes, cierra el cuento Venezuela.

Dice la pagina web en Ingles:

“Stemming corruption requires strong oversight by parliaments, a well performing judiciary, independent and properly resourced audit and anti-corruption agencies, vigorous law enforcement, transparency in public budgets, revenue and aid flows, as well as space for independent media and a vibrant civil society,” said Huguette Labelle, Chair, Transparency International.

Highest scorers in the 2009 CPI are New Zealand at 9.4, Denmark at 9.3, Singapore and Sweden tied at 9.2 and Switzerland at 9.0. These scores reflect political stability, long-established conflict of interest regulations and solid, functioning public institutions.

Que podemos traducir mas o menos así:

“Detener la corrupción requiere de un fuerte compromiso de los parlamentos, un buen sistema de justicia, agencias anti corrupción independientes y bien dotadas de recursos, agentes de la ley dispuestos, transparencia en los presupuestos, y un espacio para medios de comunicación libres y una sociedad civil vibrante”, así dijo Hugette Labelle, Director Principal de Transparencia Internacional.

Las posiciones mas altas en el 2009 las ocuparon Nueva Zelandia (9.4),  Dinamarca (9.3), Singapur y Suecia (9.2), y Suiza (9.0). Estas posiciones reflejan estabilidad política, Larga historia de regulación sobre los conflictos de intereses, y solidas instituciones publicas.

Que mas puede uno decir cierto??? El que tenga ojos que vea, el que quiera leer que lea. Les dejamos unos gráficos.

November 16, 2009

¿Qué tan loco está?

Propiedad de la Revista Semana, Colombia.  Publicado en este blog sin permiso explicito de los propietarios. Parta leer completo con fotos muy vacanas, ademas de otros buenos artículos pinche aqui 🙂

Por absurdas que parezcan las amenazas de Chávez, su perfil sicológico indica que nada se puede descartar.

Sábado 14 Noviembre 2009

 

Cuando Hugo Chávez hizo sus absurdas declaraciones para pedirle a su Ejército y al pueblo venezolano que se prepararan para la guerra, la explicación que más se oyó para justificar semejante despropósito era la de la cortina de humo. En otras palabras, que quería distraer a los venezolanos de las penurias que están viviendo por una inflación en alza, el desabastecimiento de alimentos y el racionamiento de agua y luz, en busca de una solidaridad nacional alrededor de la defensa de la patria supuestamente amenazada.

Tres días después, el propio Chávez recogió velas al presentarse como un adalid de la paz y la concordia con argumentos tan ridículos como los que había utilizado en la declaración de guerra. Según él, Venezuela es un país pacífico asediado por los gobiernos guerreristas de Colombia y Estados Unidos.

Estos bandazos de oratoria y esa conducta ciclotímica que ya son conocidas en Chávez llevan a que muchos colombianos lleguen a la conclusión de que al Presidente de Venezuela le falta una tuerca o que perro que ladra no muerde. Sin embargo, dada la escalada verbal de los últimos tiempos, los graves incidentes en la fronteras, el desplome del comercio y su pérdida de popularidad en casa, no hay que descartar del todo que un perro que ladra tantas veces algún día muerda.

Líderes como Chávez, que tienen rasgos de megalomanía y paranoia, llegan a tomar decisiones que no sólo van en contravía de lo racional y lo lógico, sino a veces de sus propios intereses. Adolfo Hitler, cuando estaba ganándoles la guerra a Francia e Inglaterra, decidió atacar a la Unión Soviética al abrir un segundo frente, cometiendo el mismo error garrafal que Napoleón Bonaparte un siglo y medio atrás. Como si fuera poco, cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor y Estados Unidos les declaró la guerra, el dictador alemán, que no tenía velas en ese entierro, decidió declararle la guerra unilateralmente a Estados Unidos, para aquel entonces la potencia militar más poderosa del mundo. La consecuencia de esas dos barbaridades fue la destrucción de Alemania cuatro años más tarde y su suicidio en el búnker de Berlín.

Ejemplos como los anteriores ilustran que cuando un hombre con poder está desfasado de la realidad, lo impensable puede llegar a suceder.

Para hacer una interpretación sobre el riesgo que representa Chávez, es útil revisar los análisis de su personalidad contenidos en biografías, perfiles y estudios que se han publicado sobre él. Dos libros han intentado profundizar sobre el tema: Hugo Chávez sin uniforme, de los periodistas venezolanos Cristina Marcano y Alberto Barrera, y El poder y el delirio, del intelectual mexicano Enrique Krauze. También ha incursionado en ese campo el periodista norteamericano Jon Lee Anderson con dos perfiles que publicó en la prestigiosa revista The New Yorker sobre el controvertido líder venezolano, y muchos otros artículos y ensayos.

De la lectura minuciosa de esos documentos la primera conclusión a la que se llega es que sería simplista afirmar que todo lo que está diciendo y haciendo Chávez no es más que una maniobra de distracción para tapar sus problemas internos. Sus biógrafos destacan su denodado apego al poder, su obsesiva pretensión de cambiar el rumbo de la historia, su convicción de ser la reencarnación de Bolívar y Fidel, y su desprecio por la democracia liberal. Dan cuenta de su verborrea provocadora y sus abusos de autoridad. Pero nadie se atreve a pronosticar hasta dónde puede llegar con su proyecto revolucionario. Los rasgos de su personalidad lo hacen impredecible: es ambiguo, delirante, paranoico, manipulador y belicoso.

En el prólogo del libro de Marcano y Barrera, el periodista Teodoro Petkoff dice que “a lo largo de su fulgurante carrera, Chávez ha tenido a su favor la subestimación de que ha sido objeto por parte de sus adversarios y enemigos”. En efecto, muchos se han equivocado con él. El presidente Rafael Caldera jamás imaginó que el mismo coronel golpista al que le otorgó una amnistía en 1994 sería su sucesor en la Presidencia un lustro después, y que le enviaría mensajes al otro día del triunfo electoral de que desocupara el despacho presidencial. El mismo que en la ceremonia de posesión alzó la mano para jurar que reformaría la “moribunda” Constitución sobre la que estaba jurando.

Tampoco pensaban sus adversarios, que como candidato lo consideraban un fuego artificial que capitalizaba el descontento popular momentáneo, y que desde 1998 lo han visto ganar más de una decena de elecciones. Mucho menos imaginaban sus antiguos colegas revolucionarios y militares, como Luis Miquilena o Raúl Isaías Baduel, que terminarían proscritos, vituperados o presos por el régimen bolivariano que ayudaron a erigir.

No hay que subestimarlo, sugiere Petkoff. Por eso cuando Chávez les dice al Ejército y al pueblo venezolano que se preparen para la guerra, muchos colombianos no saben si el que habla es un loco pirómano que puede incendiar el vecindario o un peligroso estratega que lleva años preparándose para cumplir su propia profecía bélica.

El revolucionario

Chávez empezó a obsesionarse con la revolución hace más de 30 años. En 1977, cuando apenas era un joven teniente de 23 años, evocaba al Che Guevara en su diario personal y describía la ansiedad que sentía por participar en una revolución: “Esta guerra es de años (…) tengo que hacerlo. Aunque me cueste la vida. No importa. Para eso nací”, dice un fragmento publicado en Chávez sin uniforme. A finales de ese año vino la creación del Ejército Bolivariano Revolucionario y el inicio de su vida conspirativa, que lo llevaría a una fuerte alianza con Douglas Bravo, jefe guerrillero del movimiento Bandera Roja. Una mezcla de insurgentes y militares que resulta extraña en Colombia, pero no en otros países de América Latina.

Eso explica, en parte, su eclecticismo ideológico, que le permite al tiempo creerse la reencarnación de Bolívar, admirar al prócer federalista Ezequiel Zamora y rendirle culto a ‘Maisanta’ una especie de bandolero rebelde del que es descendiente. Más allá de su anacrónica adhesión marxista, Chávez parece tener en su ADN una devoción militarista donde la fuente de poder está en la punta del fusil.

Si bien hace poco llamó gorilas a los militares que apuntaron con sus rifles a la cabeza del presidente Manuel Zelaya y lo despojaron del poder en Honduras, él mismo hizo de gorila en 1992, cuando organizó el golpe para sacar a Carlos Andrés Pérez del Palacio de Miraflores.

Sobre lo que pasó esa noche en Caracas hay muchas sombras y dudas. Nadie sabe por qué Chávez no llegó a tomarse el Palacio de gobierno y se rindió sin dar pelea. Quizá para no inmolarse. O quizá porque, como dicen sus adversarios, otro rasgo de su personalidad es la cobardía. Aunque fracasó, estaba convencido de que el único camino para tomar el poder eran las armas. Fue, según sus biógrafos, la influencia del viejo líder comunista Luis Miquilena lo que lo llevó por el camino electoral.

Pero su visión de fondo no ha cambiado. El desaparecido analista venezolano Alberto Garrido documentó en varios libros cómo Chávez ya tenía vínculos con los insurgentes mucho antes de llegar a la Presidencia. La supuesta protección de la que han gozado los grupos guerrilleros colombianos en su territorio -según denuncian las autoridades colombianas- así parece ratificarlo.

En ese sentido muchos creen que Venezuela estaría cumpliendo el papel de Cuba en los años 60: un lugar para exportar la revolución. O en lo que se convirtió la Libia de Gadaffi en África en los 70 y 80: el sitio donde se armaron y entrenaron grupos rebeldes de la más diversa estirpe.

Hugo Chávez ya ha hecho una revolución en Venezuela. Su socialismo del siglo XXI ya está en el poder. La elite gobernante fue remplazada por una nueva clase dirigente cuyo epicentro es el propio caudillo.

La antigua tecnocracia petrolera de Pdvsa fue botada a la calle y reemplazada por la burocracia chavista. Muchos empresarios tradicionales tuvieron que abandonar el país o terminaron por someterse, convenientemente, a la égida de Chávez, como el multimillonario Gustavo Cisneros. Muchas empresas de comunicaciones han sido nacionalizadas, como también el 90 por ciento de las cementeras extranjeras como Cemex, Holcim y Lafargé. Hace un año nacionalizó la empresa de energía, cuyo desempeño se puede medir ahora, cuando el país está prácticamente a oscuras por los cortes de luz. En todo caso, Venezuela es un país cuya estabilidad jurídica está en entredicho para el capital extranjero.

Según Krauze, Chávez sigue un libreto: el de la revolución cubana. Recién posesionado dijo ante un auditorio de estudiantes que: “Venezuela va hacia la misma dirección, hacia el mismo mar hacia donde va el pueblo cubano, mar de felicidad, de verdadera justicia social, de paz”.

Su obsesión por Bolívar se sumó a la fascinación por Fidel Castro. Chávez ha retomado las anacrónicas banderas de la Guerra Fría, ha construido una eficaz retórica anti-imperialista, y ha montado a su gobierno sobre la idea de que la revolución bolivariana será atacada desde afuera. Bien sea mediante su propio asesinato o mediante una invasión, asimilando así su destino al de todos los venezolanos. En virtud del miedo que infunde el enemigo extranjero, se postula como perpetuo salvador de la patria.

El juego doble

Pero, más allá de su visión mesiánica del poder, Chávez se debate entre dos polos. La ambigüedad, la incoherencia y la disociación son inherentes a su forma de gobierno. Con frecuencia sus palabras y sus actos van en sentidos contrarios. Mientras le gritaba “¡pendejo!” a George W. Bush, lo tildaba de criminal de guerra y le aseguraba que primero saldría él de la Casa Blanca, que Chávez de Miraflores, pagaba 1,2 millones de dólares a una firma de lobby para mejorar su imagen en Washington.

Más allá de su espíritu camorrero, los cambios intempestivos de ánimo hacen parte de su siquis. El general retirado Alberto Rojas Muller, jefe de la campaña de Chávez en 1998, citado por Marcano y Barrera, dice que “es un individuo que vive estados de ánimo oscilantes entre momentos de extrema euforia y momentos de decaimiento”. Esa ambigüedad y los cambios repentinos de ánimo han sido la constante en su relación con Uribe. Puede pasar de llamarlo paramilitar y pedir que se muevan sus tanques a la frontera, a abrazarlo, como ocurrió en la cumbre de la OEA en Santo Domingo el año pasado; llamarlo amigo del alma y ufanarse de la química que hay entre los dos.

Esta suerte de bipolaridad es mucho más común de lo que se cree en los hombres que ejercen el poder, que con frecuencia exultan vanidad y narcisismo. Edmundo Chirinos, ex terapeuta de Chávez, citado por Jon Lee Anderson en su artículo El revolucionario, dice que el Presidente de Venezuela tiene una sicología similar a la de Simón Bolívar: “Es de mal genio y difícil cuando se siente frustrado” (…) “Tiene tendencia a la vanidad. Denota un irrestricto autoritarismo y predispone a la gente en su contra”. No obstante, Chirinos certifica en este reportaje que Chávez está completamente sano y es una persona completamente normal. “Aparte de su poder, no es distinto de usted o de mí”, dijo.

Paranoia política

Como buen caudillo, Chávez siempre ha sido un poco paranoico. Cuando era candidato a la Presidencia, su escolta tuvo que ser reforzada. Se sabe que el servicio secreto de Cuba es quien se encarga, finalmente, de su seguridad. Ante la idea de que van a asesinarlo, ha dicho: “¡No se les ocurra, no por mí, sino por lo que puede pasar en Venezuela”. Él pronostica que su muerte desencadenaría, como la de Jorge Eliécer Gaitán, 50 años de guerra. La semana pasada en su controvertida alocución de Aló Presidente dobló la cifra y dijo que la guerra con el imperio sería de 100 años. .

Su paranoia se disparó aun más después del 11 de abril de 2002, cuando se fraguó un golpe en su contra que lo tuvo durante 48 horas fuera del poder, y en el que participaron algunos de sus más conocidos. Los golpistas querían que renunciara, pero que no abandonara el país. Por una jugada del destino, los militares entendieron en cuestión de horas que Pedro Carmona y el grupo de empresarios que se apoderaron de la Presidencia no contarían con el apoyo popular que tenía Chávez y decidieron restituirle su lealtad a éste. Uno de los militares que fueron clave en el regreso de Chávez fue Raúl Isaías Baudel, quien años después, ya distanciado del chavismo, hizo una campaña que resultó definitiva para atajar la reelección indefinida del caudillo. Hoy Baudel está en la cárcel y se le considera un preso político. Chávez está convencido de que los gringos estaban detrás de la conspiración de aquel abril. Desde entonces su hipótesis es que la CIA está buscando su caída.

Algunos hechos reales, como el ingreso de paramilitares a Venezuela, se han convertido en una hipérbole de amenazas, atentados y anuncios de invasiones inminentes. Desde siempre, Chávez se siente parte de una guerra asimétrica, donde el pueblo en armas tendrá que defender a su líder y su revolución. Ha construido un sistema de milicias y de vigilancia comunitaria muy similar al cubano (pero menos eficiente), compró 100.000 fusiles de asalto y ha gastado 5.000 millones de dólares en armas rusas.

El líder venezolano parece ignorar que Estados Unidos ha abierto dos frentes de batalla, en Afganistán e Irak, que ahora no sabe cómo cerrar. Y que realmente Venezuela, y en general América Latina, está en el último renglón de las preocupaciones de la potencia del norte. Si esto era verdad con Bush, lo es aún más con Obama. Y pensar que las bases de los gringos en Colombia son para vigilarlo o atacarlo es ignorar que bien pueden hacerlo desde Curazao, donde tienen otra base más cercana, o desde Miami, que está justo al frente de sus playas.

En medio de su paranoia Chávez no trata a sus adversarios como contradictores políticos, sino como enemigos en una lógica de guerrerista. Manuel Rosales, quien fuera su contrincante en las últimas elecciones, terminó exiliado en Perú y acusado por la justicia chavista de haberle pagado a paramilitares colombianos para que atentaran contra el Presidente. Todo ello basado en testimonios dudosos de dos paramilitares colombianos, que han sido manipulados por los organismos de inteligencia de Chávez.

Por eso quizá Chávez ha tomado decisiones tan extrañas como desarmar a la Policía en los cinco estados gobernados por la oposición. Uno de los más afectados es Táchira, que vive una situación de violencia sin precedentes, y cuyo gobernador, César Pérez Vivas, se ha convertido en el blanco de los epítetos y señalamientos del Presidente. Allí la autoridad tuvo que volver al bolillo.

Colombia, sin embargo, terminó por darle a Chávez el pretexto que necesitaba para ponerse en pie de guerra. A medida que se diluye su proyecto expansionista, que se le complica el panorama interno y que se le enreda la gobernabilidad, invoca la guerra como su destino inexorable. Quizá porque no está preparado para perder en las urnas. Ni para abandonar el poder.

Enrique Krauze dice que “Hugo Chávez es un venerador de héroes, pero no es un héroe”. Un hombre que se cree la reencarnación de Bolívar y el sucesor de Fidel Castro. Su idea del gobierno es vitalicia y absoluta. Su idea de heroísmo es continental. Se ha involucrado en procesos electorales desde Honduras apoyando a Zelaya en su abortado proyecto de reelección, y enviando una maleta de dinero a Argentina para asegurarle la victoria a Cristina de Kichner, pasando por su petro-respaldo a varios gobiernos como Bolivia, Dominica y Nicaragua. Hasta ahora Chávez mantiene la idea de que su gobierno es democrático porque ha ganado todas las elecciones, muy a pesar de que ha asfixiado la separación de poderes y la libertad de prensa.

Pero 12 años después de dictadura “light”, como la han definido algunos, Chávez empieza a sentir que muchas cosas se le desmoronan. El chavismo ha perdido algunas de sus más importantes plazas políticas como Caracas, Táchira y Zulia, y su popularidad ha caído al 46 por ciento. Esto no está mal para un Presidente después de tanto tiempo en el poder, pero es insuficiente para alguien que quiere perpetuarse. Luego de que suenan sus trompetas de guerra, los venezolanos se alejan más de él. La encuestadora Datanálisis publicó un sondeo en el que se demuestra que el 80 por ciento no estuvo de acuerdo con sus declaraciones de guerra, y que el 66 por ciento no quiere que se rompa relaciones con Colombia.

Internacionalmente, su proyecto también languidece. Zelaya no ha sido restituido, Correa sigue en la línea de reconciliarse con Colombia, a pesar de los intentos de sabotaje por parte de Venezuela. Y si en el pasado se disputaban en América Latina dos modelos de izquierda, el de Chávez y el de Lula, este último se impuso por la pujanza económica y el liderazgo de Brasil en la región. La revolución chavista se ha quedado a medio camino, emulando, como dice Krauze, el fracasado y anacrónico modelo cubano.

Aunque su plan es quedarse en el gobierno hasta 2021, su tiempo ya está en declive y el oxígeno no le va a alcanzar. Ante este panorama, muchos piensan que Chávez podría buscar un incidente de militar para convertirse en el salvador de la patria amenazada. Encontrar el pretexto para perpetuarse. Una guerra que lo convertiría en el héroe que, según Krauze, Chávez siempre ha querido ser. “Hugo Chávez no es un héroe y él lo sabe. El espejo se lo dice cada mañana, cada noche (…) por eso insiste cada vez que puede en identificar a la patria con su persona, en señalar conspiraciones que lo buscan a él, que van por él y que, de triunfar, representarían el derrumbe de su país, del continente y hasta del mundo. A partir de esa quimera ha plantado la mala yerba de la discordia en la sociedad venezolana. Y a partir de esa quimera, llegado el caso, no vacilará en llevar a Venezuela al borde del precipicio. En eso sí se parece a Hitler, que en el búnker reclamaba a sus compatriotas la destrucción de puentes y ciudades alemanas antes que admitir su derrota, la derrota de sus mitologías”.

¿Qué tan peligroso es?

Esta semana el diario El País advirtió en un editorial que Chávez esta vez “se pasó de la raya”. Brasil suspendió el debate sobre el ingreso de Venezuela a Mercosur a raíz de las imprudentes declaratorias de guerra de Chávez. En Caracas y otras ciudades hubo inmediatas manifestaciones de rechazo a la hostil retórica del Presidente. No obstante, el viernes varios tanques de guerra y carros blindados se estaban movilizando a la frontera. Y ese mismo día les reiteró a los militares que se preparen para una eventual batalla. Mucha gente en Venezuela, en Colombia y en otras latitudes del continente se ha acostumbrado a oír los altisonantes vituperios de Chávez, sus continuas provocaciones que luego son dosificadas por él mismo con un aparente bálsamo de reconciliación. Algunos creen que son actuaciones irracionales, típicas de un loco. Otros, que es una calculada estrategia de engaño a sus electores. Pero Chávez no es un loco. El “fulgor mesiánico” que se apoderó de él, según su ex amante Herma Marksman, hace parte de su proyecto político. Es su concepto de poder. Es el camino que le trazó desde muy temprano a su revolución.

La diferencia entre sus vociferaciones del pasado y las más recientes se explica por la situación interna que está enfrentando Chávez. Su poder está declinando. Pero, con su compleja y sorprendente personalidad, Chávez podría buscar convertirse en un héroe redentor y ratificar así, que es amado por su pueblo. Revivir el mito de la revolución asediada por enemigos, que encarnan Bolívar y Fidel. La doble necesidad de heroísmo y martirio, que señala Krauze. Y un conflicto con Colombia, por irracional que parezca, le puede ayudar a construir ese destino. Ese anhelado lugar en la historia. ¿Será capaz de propiciar un incidente para lograrlo? No es descartable. Nadie tampoco creyó en su momento que el general Galtieri en Argentina se atreviera a declararle la guerra a Gran Bretaña en 1982. “En los anales del populismo autoritario de la región cualquier cosa puede pasar”, advirtió el editorial del Washington Post el jueves pasado. Eso es lo que algunos piensan en Colombia. Y nadie que lo conozca se atrevería a decir que esto no ocurrirá.

November 13, 2009

¿Hugo, el cazador de cocodrilos?

Por: Andrés Oppenheimer

El nuevo Herald

Publicado el jueves, 11.12.09

Observando al presidente venezolano Hugo Chávez días atrás instar a sus militares a “prepararnos para la guerra” con Colombia, no pude evitar preguntarme si no terminará como el fallecido protagonista de la serie de televisión El Cazador de Cocodrilos. O sea, como una víctima de su propia adicción a mantener entretenida a su audiencia.

¿Recuerdan El Cazador de Cocodrilos? Era una serie de televisión en la que el cuidador de animales australiano Stephen Irwin –más conocido como Steve– nos sorprendía cada semana al acercarse peligrosamente a serpientes venenosas, leones, cocodrilos y otros animales salvajes. A medida que el rating de su programa aumentaba, también crecía su necesidad de hacer cosas cada vez más temerarias para mantener su nivel de audiencia.

Cada vez que veía a Steve en la pantalla acercándose a un león salvaje, o atando las fauces de un cocodrilo, me preguntaba si su necesidad de superar sus más recientes audacias no acabaría en una tragedia. Irwin murió en el 2006, cuando se acercó demasiado a una raya venenosa en la Gran Barrera de Coral de Australia, y el enorme animal le perforó el pecho con su cola con puas.

Aunque la muerte Irwin fue un hecho trágico que no debe ser banalizado, su carrera televisiva invita a comparaciones. Al igual que El Cazador de Cocodrilos, Chávez le debe buena parte de su supervivencia política a su capacidad de mantenerse en el centro de las noticias.

Cuando las cosas se le ponen difíciles en Venezuela, Chávez desvía la atención pública.

En los últimos años, Chávez ha denunciado un sin número de supuestos planes de Estados Unidos de invadir Venezuela, y ha gastado más de $5,000 millones en armas rusas.

Más recientemente, ha enviado a tropas de su país a la frontera con Colombia, y ha denunciado que el acuerdo militar que permite la presencia de tropas estadounidenses antinarcóticos en bases de la Fuerza Aérea colombiana tendría como objeto una invasión de Estados Unidos a Venezuela. Hasta los diplomáticos de gobiernos cercanos a Venezuela admiten que la idea de una invasión estadounidense –sobre todo después del fiasco de Iraq– es descabellada.

Pero ahora, las cosas van de mal en peor para Chávez, y el caudillo narcisista-leninista de Venezuela podría elevar su apuesta. Sus índices de popularidad han caído a un 46 por ciento, seis puntos menos que el mes pasado, según una encuesta de Datanálisis. Y la economía venezolana se está derrumbando.

Consideren algunos de los problemas que está enfentando Chávez en momentos en que la oposición empieza a organizarse para las elecciones legislativas del 2010, que podrían terminar con el control chavista del Congreso.

•  En las últimas semanas, Venezuela ha sufrido sus primeros cortes de energía desde que el gobierno nacionalizó la empresa Electricidad de Caracas hace un año. El gobierno dice que esos cortes se deben a trabajos de mantenimiento y de instalación de nuevos equipos, pero los expertos dicen que la infraestructura de la empresa estatal se está derrumbando.

•  Por primera vez hay escasez de agua en la capital y en varias provincias. Chávez ha dicho que “la culpa es de las piscinas de los ricos” que según él “le quitan agua a los pobres”. Chávez pidió a los venezolanos que se den “duchas comunistas” de no más de tres minutos, para ahorrar agua.

•  El presupuesto del gobierno de Chávez para el 2010 incluye un aumento de más del 600 por ciento en los gastos personales del presidente, que ascenderán así a $2,200 millones, según un informe del 28 de Octubre de El Nuevo Herald. El nuevo presupuesto presidencial incluye $264,000 para ropa, $18,500 para calzado, y $145,000 para jabón, champú y otros productos de tocador. En momentos en que la economía venezolana caerá alrededor de 2 por ciento este año, a muy pocos venezolanos les hace gracia este aumento de los gastos personales del presidente.

¿Iniciará Chávez una guerra con Colombia? La mayoría de los diplomáticos de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica dicen que no. Las fuerzas armadas venezolanas, con 78,000 efectivos, no pueden competir con los 230,000 efectivos de Colombia, que además están mejor entrenados y más motivados, según dicen.

Mi opinión: Estoy de acuerdo en que Chávez probablemente no declarará una guerra frontal con Colombia. Pero si la economía venezolana sigue deteriorándose, y el índice de popularidad de Chávez sigue cayendo, no me sorprendería que el presidente venezolano produzca un incidente fronterizo con Colombia, para poder presentarse como el salvador de la patria.

Como Steve, el cazador de cocodrilos, Chávez es un adicto a los ratings, y no es impensable que haga cualquier cosa por no perder público, aunque eso conlleve un riesgo para su propio futuro.

November 13, 2009

¿Y si ganamos?

Laureano Márquez
TalCual / ND
Noviembre 13, 2009

Toda la oposición escuálida, fascista, golpista, agentes de la CIA y –más recientemente– uribista anda feliz con lo de la guerra que estamos a punto de emprender en contra de Colombia y Estados Unidos. Aseguran que un conflicto bélico así destruirá definitivamente a Chávez. Pasan por alto el pequeño detalle de que tal cosa sucederá con Venezuela incluida, pero hay gente a la que, con tal de acabar con Chávez, le importa un comino llevarse en los cachos a Venezuela.

opinan los foristas

Estos radicales nunca se han preguntado en relación a la guerra qué pasaría si ganamos. Yo estoy convencido de que podemos y vamos a ganar.

Hasta ahora nuestro comandante no ha perdido una sola batalla… ¿Por qué va a ser ésta la primera?… Entiendo que no podemos ganar por poderío bélico, pero en maña nadie nos gana.

Ponte que bombardeamos Nueva York y acusamos a Obama de invadir nuestro espacio aéreo en la ONU y que haya una Ortega allá y la vaina prospere. Ponte que nuestros tanques invadan Colombia y en vez de bombas disparen fajos de billetes de 100 dólares…

¿Quién aguanta ese asedio?… Hasta Uribe se pasa a este bando… Ponte que nuestro Presidente ofrece gasolina gratis a cada ciudadano norteamericano… Esa gente se pasa pa’cá de una. Ponte que la cosa le sale bien y nos anexionamos Colombia y los Estados Unidos.

Ahí comienzan nuestros verdaderos problemas:

· Darle luz a Las Vegas desde el Guri. Te imaginas cómo van a ser los racionamientos en la provincia de Venezuela.

· Jacqueline Faría autoridad única de Boston… Volverá Caracas al caos al no contar con su brillante labor.

· Imagínense sacarle pasaporte a más de 370 millones de personas… ¿Se imaginan la cola en la Onidex, o como se llame, en El Silencio?

· En el caso colombiano, la guerrilla pasaría a ser enemiga: ¿Cómo se maneja eso?

· El Aló Presidente de los domingos: ¿se hace en español o en inglés?

· Desde dónde despachará nuestro Presidente: ¿Miraflores, Nariño o la Casa Blanca?

· Un vuelo a Miami con tarifa de vuelo nacional: ¿Se imaginan el ta’barato que se nos viene encima?

· ¿Hay suficientes médicos cubanos para implementar el plan “Neighborhood Inside” en Los Ángeles?

· ¿Qué hacemos con la frontera mexicana? Tarde o temprano habrá que invadir México. Vamos a vivir en conflicto permanente.

· Qué hacemos con Irak, porque esas tropas desplegadas allí ahora serán nuestras.

· Nuestros aliados pasarán a ser enemigos.

· Qué hacemos si la oposición gana las elecciones municipales en Colombia: De dónde sacamos tanta gente para sabotearles la gestión colocándoles autoridades únicas por encima.

· En las Grandes Ligas: ¿Aceptará Magglio Ordóñez contratos en bolívares fuertes?

Venezuela se encuentra, aunque la gente lo tome a guachafa, en una gran encrucijada: ganemos o perdamos esta guerra, lo que se nos viene encima es el caos.

Yo veo con claridad en las caras de los que concurren a Aló Presidente los domingos que todos están dispuestos a ofrendar sus vidas por la patria, pero ¿será suficiente ese heroísmo para afrontar una Victoria?, ¿de cuántos ministerios tendrá que ocuparse Diosdado en tres países? Me asusta esta guerra sea cual sea su resultado… Y todo por culpa de Álvaro Uribe, que es el único que ha hablado de guerra en este continente.

PS: Todos estos temas y muchos otros serán tratados por Luis Vicente León y el suscrito en Humor en serio este sábado en el teatro Santa Rosa de Lima…

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November 4, 2009

¿Qué diablos es un ni-ni?

Gustavo Coronel

Noviembre 2, 2009

Hace seis años me fuí de Venezuela pero permanezco de frente contra el déspota Hugo Chávez porque estoy convencido de que nunca nadie había logrado un nivel de destrucción nacional como él lo ha logrado. En los últimos diez años he escrito más de mil artículos en contra de ese desastroso régimen fascista apoyado por militares cobardes y banqueros, burócratas y contratistas corruptos. A los 76 años mál puedo irme a las montañas con un rifle, aunque lo consideraría seriamente si hay alguién que lidere ese esfuerzo. Yo no me siento capaz de ser el líder pero si estoy dispuesto a seguir (favor llamarme quien esté dispuesto).

Veo que una apreciable porción del país, ignorante y acostumbrado a depender del Estado, ha encontrado en el régimen de Chávez una fuente de apoyo material y de palabras que los mantiene convencidos de que son ellos quienes “mandan” y no la odiada “oligarquía”. Aunque esto es triste de observar no me preocupa demasiado, porque esta masa mendicante dejará de seguir al déspota cuando se impongan las realidades dictadas por la ineptitud y el caos administrativo del régimen. Algo de esto ya está sucediendo y soy optimista en pensar que algun día el país encontrará el único camino que transforma al esclavo en ciudadano: la educación, especialmente la cívica.

Más me preocupa, sorprende, indigna, el asunto de los ni-nis, grupo que constituye, según las encuestas, una muy apreciable porción de la sociedad venezolana. Que diablos es un ni-ni? Lo único que sabemos de ellos, según dicen las encuestas, es que no están a favor de Chávez pero no están en contra de Chávez, ya que tampoco están de acuerdo con la “oposición”. Esta definición es muy imperfecta. A mis años, después de todo lo que he visto suceder en mi país, no puedo entender como una persona pueda decir que no está ni a favor ni en contra del régimen de Hugo Chávez. Yo pensaría que al ver y oir y leer a diario lo que pasa en Venezuela quienes no estén de acuerdo con Hugo Chávez deberían estar claramente opuestos a lo que él representa. O es que el colapso de PDVSA y de CVG, el despelote de los servicios públicos, la ineptitud del “equipo”ministerial, la entrega de la soberanía nacional, la corrupción galopante y el odio que destila el déspota no son suficientes para darse cuenta de que este no es un mál gobierno “normal” sino que es un engendro diabólico que está matando el país? Pero, si existiera una buena razón para que este despelote mantenga a los ni-nis inconmovibles, asépticos, como si la vaina no fuera con ellos, desearía que me lo dijeran, a fin de tratar de entender. A lo mejor se me ha escapado algo importante.

Un ni-ni en Venezuela va al mercado, se baña o no se baña, tiene luz en la casa o no la tiene, ha leído acerca de la corrupción de Tobías Nóbrega, Diosdado Cabello y Luis Velazquez Alvaray y cientos de otros miembros de la pandilla. Ha tratado de viajar al exterior o a Margarita enfrentando la falta de divisas o de pasaje aéreo. Debe tener hijos en las escuelas o familiares que hayan tratado de ir a los hospitales. Probablemente algún miembro de su familia ha sido víctima del hampa desatada. El ni-ni debe estar expuesto a las terribles carencias de la sociedad decimonónica en la cuál vive. Y entonces? Como mantiene la calma, la actitud totalmente impersonal de quien observa algo que no le concierne a él/ella? Honestamente, los admiro, pero con la repulsión que solo sentía antes por las serpientes y las cucarachas.

Hay quienes me dicen: “pero, no ves que esa gente está metida en la pomada? Esos son aprovechadores, parásitos sin conciencia ciudadana, los mismos que estaban con Gómez, Pérez Jiménez, AD y COPEI!!” . Sin embargo, no puedo creer que la mitad del país esté enchufado en esta triste situación de complicidad con el déspota, contra la nación. Eso si sería horrible porque, entonces, a quien defendemos? Por quien quebramos lanzas? Quienes son los venezolanos dignos si les quitamos un 50 por ciento de ni-nis y un 30 por ciento de mendicantes? Valdrá la pena seguir luchando por el 20 por ciento restante (parte del cuál está ya afuera del país)? O hay que botar tierrita y pedir otra partida?

Lo que se me ocurre sobre los ni-nis que no están enchufados con el régimen o no saben lo que le está ocurriendo al país (habrá muchos así?) o tienen un problema de autismo, es que son unos seres indiferentes, a quienes nada les importa un bledo, siempre y cuando tengan la botellita de whisky o de pecho cuadrado o las cervecitas a la mano, puedan ir a la playa el fin de semana, a bailar al “maní es así” o puedan aprovechar, mientras se pueda, algo del rio de dinero que corre por las calles de las ciudades venezolanas. En fin, gente que se les olvidó el pasado y no les importa un comino el futuro, viviendo en un presente eterno, que es precisamente la característica que distingue a los animales y los diferencia de los seres humanos, quienes si pueden ver hacia adelante y recordar el pasado, a fin de extraer de él alguna enseñanza.

Me pregunto, entonces, como puede un país progresar con un porcentaje apreciable de gente así? Yo puedo entender como el pobre y el ignorante pueden ser seducidos por la retórica populista y demagógica de un déspota. Simplemente, quieren creerle! Lo que no puedo entender es como una masa de venezolanos pueda vivir en Venezuela, física y espiritualmente, y decir que no están a favor de uno o del otro, manteniéndose “neutrales”, colocados en un plano “astral” por encima del horrible conflicto que azota a nuestro país. Como pueden argumentar que no les gusta la oposición, sin pensar que ellos pueden constituírse en la oposición que quieran ser? Si no les gusta Rosales o Petkoff o Borges, tomen el liderazgo de una nueva oposición!! Dejen de maldecir la oscuridad. Prendan una vela (que la necesitan en esta época).

Yo estoy afuera de Venezuela fisicamente pero espiritualmente estoy en mi país, totalmente comprometido con la urgente necesidad de darle un cambio a este trágico estado de cosas. Me angustio por Venezuela a pesar de que no debería importarme la falta de alimentos porque los supermercados cercanos a mi apartamento de Virginia, USA, rebosan de comida maravillosa. El transporte publico que me lleva y me trae a casa es de primera calidad. Camino sin miedo, a toda hora, por los bellos parques cercanos. No sufro de cadenas, ni de apagones y cuando abro el grifo invariablemente sale agua. Como puede un ni-ni directamente expuesto a la tragedia venezolana decir que no está ni con unos ni con otros? Esto es un misterio para mí.

Creo que los ni-nis representan, con su frecuentemente hipócrita asepsia política, el principal grupo que mantiene a Chávez en el poder. Por lo tanto, están a su favor, a pesar de que mantengan lo contrario.

Abajo los ni-nis!!

No más presos ni exiliados políticos!

Prisión para Nóbrega y Barreto ( por algo se comienza)

October 28, 2009

Carta de Gustavo Azócar a minutos de asistir al tribunal

¿Cuál justicia le ofrece usted a Venezuela, Sr. Chávez?

Hoy es miercoles, 28 de octubre de 2009. A las 8 y 30 minutos de esta mañana, seré trasladado nuevamente a los tribunales. Es la tercera vez que seré trasladado desde que la Comisión Judicial del TSJ decidió suspender a la juez Fanny Becerra, acabando con el juicio, y violando todos mis derechos constitucionales. Eso fue el 1 de septiembre de 2009, justo cuando sólo faltaba un testigo y una audiencia para que terminara el juicio y entráramos a la fase de sentencia y yo recuperara mi libertad.

Mañana jueves 29 cumpliré exactamente 3 meses recluido en una celda del Centro Penitenciario de Occidente, sin haber cometido delito alguno.

Quiero aclarar que, si bien es cierto he sido acusado de haber cometido presuntamente tres delitos (lucro ilegal en actos de la administración pública, estafa, y falsedad de documento privado), estoy detenido ilegalmente desde hace 92 días por haber reproducido en mi pagina web (www.gustavoazocar.com) dos (2) informaciones que habían sido publicadas una semana antes en los diarios Católico y Los Andes. Vale decir, que estoy preso no porque me hayan demostrado la comisión de un hecho irregular, sino por haber hecho uso de la internet y de mi derecho a la libertad de expresión. Como dato adicional, recordemos que el juicio que se me estaba haciendo desde el 11 de mayo de 2009 ( y que fue suspendido y anulado de manera ilegal, violando mis derechos constitucionales) era “oral y publico”, es decir, no habia nada “secreto”, por lo que nadie entiende como pudieron llevarme a la carcel por reproducir informacion en la web de algo que era “oral y publico”.

Les voy a dar un dato interesante: desde que ingresé al CPO, el 29 de julio de este año, muchas otras personas han logrado recuperar su libertad gracias a medidas cautelares otorgadas por los tribunales. En los últimos 90 días, según las propias estadísticas que se llevan aquí en el CPO, han salido en libertad, con medidas cautelares otorgadas por los tribunales, más de 250 personas.

Han sido dejadas en libertad condicional gracias a las medidas cautelares otorgadas por los tribunales, presuntos atracadores; presuntos violadores; presuntos asesinos y presuntos traficantes de drogas.

Lo primero que debo decir es que siento una gran alegría, cada día, cuando a las 6 de la tarde, el coordinador de los traslados aquí en el CPO, o el jefe de los custodios, nos informa que fulano, mengano y zutano, se irán a la calle gracias a una cautelar otorgada por un tribunal.

Siento alegría cuando veo aquellas caras de felicidad, aquellas sonrisas en los rostros de quienes se irán a la calle a enfrentar un juicio en libertad, tal como lo establece la constitución. Aclaro: no siento envidia. Hace anos que estoy curado contra ese mal. Lo que siento es alegría por unos seres humanos a quienes se les ha concedido no una dádiva, no un regalo, no una limosna, sino un derecho constitucional que los asiste y que debe ser acatado por las autoridades competentes: el derecho a ser juzgado en libertad.

Cuando veo a esas personas salir del penal, como a las diez de la noche de todos los días (las libertades casi siempre se producen en la noche debido a los engorrosos tramites y al papeleo) me pregunto: por que unos si, y otros no? Por que hay venezolanos a los que se le respetan sus derechos y a otros no? Tiene mas derecho un presunto atracador de bancos que un periodista? Tiene mas derechos un presunto violador que un periodista? Tiene mas derechos un presunto traficante de drogas que un periodista? No deberíamos tener todos los mismos derechos?

¿Por qué le otorgan el derecho de ser juzgado en libertad a todos los presuntos delincuentes que van a los tribunales diariamente y solo se lo niegan a este periodista?

¿Dónde esta mi derecho a ser juzgado en libertad? ¿Dónde esta la presunción de inocencia?

¿Por qué le conceden el derecho a ser juzgado en libertad a otros internos y se lo niegan a este periodista? ¿Qué es lo que realmente quieren hacer conmigo? ¿Juzgarme y condenarme? ¿O mantenerme callado y alejado de los medios para que no pueda seguir ejerciendo el periodismo critico, el periodismo de denuncia que vengo ejerciendo desde hace 25 anos y que tanta roncha le produce al oficialismo?

La constitución de la República Bolivariana de Venezuela dice textualmente: todos los venezolanos son iguales ante la ley. Esa misma constitución dice que todos los venezolanos, léase bien, “todos” los venezolanos tenemos derecho a que se nos considere inocentes hasta tanto se demuestre lo contrario y a ser juzgados en libertad.

Vuelvo a preguntar entonces: ¿por qué unos si y otros no? ¿Por qué hay medidas cautelares para unos y para otros no? ¿Por qué hay juicio en libertad para unos y para otros no?

¿Cuál es la justicia que le ofrece usted a los venezolanos, Sr Chávez?

Sta Ana, 28 de octubre de 2009.

October 9, 2009

La historia no lo absolverá

Mariahé Pabón
Notitarde / ND

Octubre 9, 2009

“Tras más de 50 años de gobierno y poder, de haber prometido luchar contra el hambre, la desigualdad y la pobreza, enarbolando las banderas de la libertad y la justicia, de la independencia y el respeto por las naciones, de haber justificado sus métodos en la famosa frase “condenadme, no importa, la historia me absolverá” Castro y su séquito, con inexplicable orgullo y prepotencia, muestran un país en su gran mayoría sumido en el hambre y las privaciones, en el desabastecimiento alimentario, en la desesperanza y el atraso, encerrado en las cárceles del miedo impuesto a fuerza de presidios sin causa y fusilamientos sin juicio a quienes se atrevieron a expresar su inconformidad; mientras auspician e incitan a la infiltración ideológica hacia otros pueblos. La única igualdad palpable es la de la pobreza, como si igualar a un pueblo en su miseria no fuese tanto o más indigno que promover la más aguda de las diferencias sociales”. Jhon Nicolás Bitar, periodista español.

El hijo del héroe se destapa

‘Memorias de un guerrillero cubano desconocido’, es el título del libro publicado recientemente en España (editorial Espuela de Oro) y tal vez hubiese pasado inadvertido si su autor Juan Juan Almeida García, no fuese el hijo de Juan Almeida Bosque, comandante tercero en rango después de Fidel y Raúl Castro, fallecido el pasado 11 de septiembre. Fue comandante de la Sierra Maestra ,el primer negro que se sumó a la lucha insurreccional y el que más alto llegó al poder revolucionario. En el momento de su muerte era diputado, vicepresidente del Consejo de Estado, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Juan Juan Almeida nació en 1965 y el acontecimiento fue anunciado por el propio Fidel en la Plaza de la revolución. Desde niño se codeó con los grandes y observó la conducta de unos hombres a los cuales acusa de ” hablar como los de la izquierda, pensar como los del centro y vivir como los de la derecha” . Todos aquellos que llamaban al sacrificio llevaban una vida de placeres y excesos . Así se expresa Almeida: “”Yo soy sólo un ser humano que se crió y se formó entre corruptos, inmodestos y modernos corsarios que jugaron a ser estrictos, sencillos y guardianes del honor, pero olvidaron callar frente a los niños. Porque este niño creció admirando esos vicios heroicos y vandálicos que apologizaron nuestros líderes, haciéndome ver que el asalto a un cuartel, en un país con leyes, puede ser una cosa justa . Haciéndome ver que subvertir países con ideas extranjeras, usando métodos ilegales, era algo necesario.”

Hoy, aquel hijo del “héroe,” por quien Fidel interrumpió su discurso en aquel diciembre de 1965 para decir “…ha nacido el hijo del comandante Almeida” paga con creces el precio de su disenso, es apenas un cubano más, perseguido y oprimido por el régimen con el cual entró en conflicto, y quien ahora lucha para lograr que autoricen su salida de la isla para tratarse la espondilitis anquilosante que padece.

Los ángeles de Chávez

Nelson Merentes, Jorge Giordani y Alí Rodríguez Araque, forman un trío de caballeros inusuales en la grey roja. Son elegantes. Visten impecablemente. Pertenecen a una generación formada en la Cuarta República en la cual militaban como gente de la izquierda exquisita . Hablan correctamente. Tienen sobrados títulos académicos en sus hojas de vida y genéticamente poseen un árbol frondoso del que sale un verdor envidiable, producto de una alimentación balanceada y un pasar capitalista que no deja nada para desear. Comen en los mejores restaurantes, le dan la vuelta al mundo como si nada e ignoran el precio exacto de la cesta básica. Merentes, Giordani y Rodríguez Araque, son los Gurús económicos y planificadores de la economía venezolana y cada vez que aparecen en escena nos pintan un país maravilloso en el que todo va bien y por ello figuramos en el concierto de los países de avanzada. Merentes y Rodríguez son más cautos en sus predicciones, pero Giordani es un poema . Por allá en los 60 se graduó de planificador en el pueblo inglés de Guilford y Chávez se fascinó con sus teorías. Llamaba a Giordani a toda hora para que le diera clases de planificación. En mayo de este año dejó caer a Giordani, pero ha vuelto y ayer nos edulcoró el oído con una conversa muy criolla, graciosa, adulante hacia el “comandante que mandó a parar el desastre” para colocarnos en una revolución en donde no hay desempleo, la esperanza de vida es la misma de las naciones en desarrollo y todo fluye en un río manso en el que nadan peces de colores y viven sirenas doradas. Cada semana mueren 52 venezolanos , pero tenemos la más alta expectativa de vida.

¿ Muertos por la violencia .?. Giordani no sabe, no entiende. Eso sí, se quejó ayer de Barreto y Bernal porque no taparon los huecos de su calle. Por ello renunció a cumplir un sueño recurrente: comprar tres Ferraris para pintarlos de amarillo, azul y rojo. Tapados tiene los oídos para escuchar al pueblo y la vista, para ver los huecos que los asesinatos dejan en el alma de miles de venezolanos.

Ay Giordani, qué mal te veo

mariahep@yahoo.com