Que puede uno inteligentemente agregar al escrito de la Sra. Montero. Muy poco, nos gustaría mucho que lo leyeran para que se enteraran (si es que no lo saben) de la magnitud de la maldad robolucionaria. Pero es que hay quien se atreve a decir que “no son tan malos como otros” … díganle eso a los presos (políticos o regulares), díganselo a sus familiares o a la familia del Sr. Brito.
La amnistía como castigo
Entre ambas asonadas hubo más de 160 muertos y se recuerda como particularmente crueles los asesinatos de los vigilantes desarmados del canal 8. Sin embargo, no fue así. Los golpistas se autoamnistiaron y amnistiaron, además, a quienes tenían causas pendientes desde lo! s tiempos de la lucha armada en los años sesenta y setenta.
Privaron razones de conveniencia política. Por esto es tan repugnante la hipocresía que alude al argumento de la “impunidad” para justificar la decisión contra los presos. Pero, ya antes, los golpistas del 92 habían sido sobreseídos por los presidentes Pérez, Velásquez y Caldera, beneficiándose del sobreseimiento de Caldera el propio “héroe” del Museo Militar, actual presidente de la República. Fueron razones de conveniencia política, en el mejor sentido del concepto. ¿Cuál es éste? El de favorecer un mayor clima de concordia y el de contribuir a reconciliar tanto a la sociedad como a la propia institución armada. Se entiende, en el caso de amnistías, que los hechos cubiertos por éstas son de carácter político y, por tanto, no son delitos comunes sino derivados de momentos particulares, en ocasiones violentos, de la confrontación política. En esa situación se encuentran los policías castigados poor una ! amnistía que debería haberlos cubierto. Además, los delitos de que se acusa a los comisarios y a los agentes de la PM no han sido probados y el juicio se arrastra interminablemente desde hace tres años, probablemente para poder mantenerlos presos “legalmente”.
De otro modo habría que ponerlos en libertad por evidente falta de pruebas. La perversa motivación de escribir la historia del 11A según Chávez es lo único que explica este particular ensañamiento.
Lo de Capriles Radonski no puede entenderse, a su vez, sino como una vergonzosa “ofrenda” al fidelismo. No hay otra manera de explicar este absurdo juicio que termina y vuelve a comenzar. Nunca había vivido la justicia venezolana tiempos más menguados, con jueces y magistrados tarifados, al servicio de la voluntad de Yo-El-Supremo.
Hola les saluda LAZARO FORERO,
Hoy 3 de diciembre cumplo tres años de mi ilegitima detención, jamás pensé que después de dedicarle 34 años de mi vida a luchar por la seguridad de los venezolanos, a solo un mes de estar disfrutando de mi jubilación, iba a ser acusado y detenido por unos delitos que toda Venezuela sabe que no cometí .Hoy desde mi sitio de reclusión en la DISIP con suficiente tiempo reflexiono sobre esta experiencia de estar privado injustamente de mi libertad y lo tomo como uno mas de los tantos obstáculos que se me han presentado en mi vida y los cuales he superado con dignidad y con mi cara muy en alto he de superar este también. Desde el inicio de este proceso, el ministerio publico valiéndose permanentemente de artimañas jurídicas ha violado todos mis derechos procesales, manteniendo una acusación que después de 1 año y 8 meses de juicio, de 162 audiencias, de 167 testigos y de 240 experticias, no ha logrado demostrarme culpabilidad alguna, tengo 1 año y 8 meses asistiendo a un juicio que mas que juicio parece un paredón de fusilamiento donde el tribunal, la fiscalia. Y los querellantes, cargan, apuntan y disparan sus armas cargadas de odio y maldad contra 11 pechos inocentes, pechos que con todo orgullo y dignidad permanecen erguidos a pesar de todos los impactos de injusticia que reciben.
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